domingo, 4 de noviembre de 2012

valencia-atleti. atisbos de un amaneramiento peligroso.

I. aunque el equipo tuvo aroma a sí mismo, esto es, colores de guerra, y dejó la idea de una derrota digna, le faltó cohesión. le faltó mario suárez. quién lo iba a decir hace dos años, uno. mario es la reencarnación del cholo y el equipo es ahora mario y diez más. su presencia y su juego hacen que el equipo se mueva junto, hacia delante y hacia atrás, que no se parta. que funcione el acordeón en esta orquesta física que es este equipo.

II. hubo más. al ver la alineación pensé: tiago por mario y los jugones finos, arda, adrián, emre, delante, para defender por alto y para atacar por abajo dado que los centrales del valencia son altos. pensé eso. luego pareció un error. aquello, aquella emboscada, era intensa y tal vez hubiera sido mejor sacar a la unidad especial, al ministerio de guerra primero: mario, el cebolla, raúl, koke y acabar la faena a falta de media hora con los finitos.

III. mira que lo aprecio pero arda empieza a dar signos de la nancy o de la leslie, un amaneramiento que el cholo no le va aguantar mucho. es un superclase pero ha de correr. desde el alisado japonés y las diademas (lleva una encima de repuesto) se nos ha aburguesado. ha de volver al look ochentero tarantinesco rizado y recordar su territorio de origen, esa portería dibujada en una calle estrecha de estambul. recordar que pudo no salir y pensar que puede volver, que puede caer. que nadie está exento de desvanecerse. el cebolla, ese estibador de puerto marsellés capaz de avanzar mientras le sujetan la camiseta por la espalda que acaban haciendo esquí acuático te va a comer la tostada. la va a agarrar. no va a esperar a que le pasen canapés en la fiesta el cebolla, no.

IV. no pasa nada en el sentido de que no nos alarmamos. sí pasa en el sentido de que nos obliga, nos invita a pensar.

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