sábado, 1 de septiembre de 2012

para glóbulos rojiblancos, para Antoni Daimiel

I. simeone es antes que nada un believer, un creyente. ha inculcado en los jugadores un espíritu ganador. lo que él siempre tuvo. un espíritu ganador no es ganar siempre. nadie gana siempre. un espíritu ganador es no vivir amedrentado. es no vivir auto cohibido. es atreverse. atreverse a ir. desplegarse. atreverse a quererlo. ir a por ello. con todo. lo peor que te puede pasar es perder. como en la vida, morir. no es para tanto. no para tanto miedo. lo explicaba filipe luis en una excelente entrevista de ricardo sierra: "me ha cambiado la vida". esto es hacia abajo. tengo fe y cultivo fé en tierra fértil, tierra joven. un poco de tiempo y hay cosecha en la huerta colchonera.

II. el problema es que no puede inculcar ese espíritu ganador, acostumbrar a vivir en esa sana exigencia de ir más allá, a su directiva. eso es hacia arriba. también entrevistados ayer, ves cómo más allá de que sean o no delincuentes, lo que son es pobre gente. contaba simeone ayer que él no ha aportado nada. que lo que había estaba ya allí, esperando que alguien creyera en ello. pero aquí, en el palco, no hay nada. la tierra es mala, la inteligencia baja y la cultura poca arriba. es terreno baldío. hay gente que no tiene preinstalado casi nada. vienen de serie con tan poco que no pueden ni bajarse aplicaciones para sí mismos. es el caso arriba.

III. no tan profundamente inscrito en su adn como el contragolpe pero bien inscrito también anida en el ADN atlético un complejo de inferioridad atávico. freud lo habría mirado como el niño que por miedo al padre merengue no se atreve a desplegarse. lo habría metido en el cajón de las angustias de castración. un padre blanco imaginario hubiese mirado con ojos amenazantes al niño que despunta y le hubiese susurrado: "si te atreves, te la corto". esto ahora, con freud muerto, sería hacerse un lorena bobbit. adler, a quien freud nunca quiso darle la razón entre otras cosas porque la quería solo para él, mourinhista como pocos, adler, digo, lo hubiera atribuido a un complejo de órgano, de órgano pequeño.

IV. si miras en macro, una gran cantidad ancha de tiempo, verás esa disposición infantil, perdedora, derrotista, amedrentada, acomplejada en el atleti (antes de los gil también), interrumpida por la presencia de figuras de fortísimo carisma: luis aragonés, simeone, que activaron una otra disposición, también presente en el software genético atlético, pero inhibido, latente, agazapado, de hombría, de afirmación, de guerra. estas figuras han neutralizado temporalmente el efecto de unos directivos que nunca han estado a la altura de estas figuras atléticas prominentes mencionadas, sus abrahams lincoln.

V. por ese agujero se nos caen y se nos van todos. ¿cómo entender que un equipo que gana cuatro títulos europeos en dos años, en una ciudad atractiva, la gente no quiera quedarse o no quiera venir y sí quieran ir a otros sitios menos galardonados? ¿nadie se lo pregunta esto? sabemos que arriba en la planta alta de downtown abbey no, no se lo preguntan, porque eso exige una función de reflexión abstracta poco compatible con su inteligencia natural dada.

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